Foto: Entorno inteligente
Redacción: Juan Josué Albeláez
Email: josuealbeláez@gmail.com
Con suficiente evidencia podemos afirmar que estos últimos años escolares han sido más duros que de costumbre. El estrés docente alcanza su máxima expresión cuando convergen situaciones difíciles para todos. Las dificultades económicas, las exigencias burocráticas que se hacen desde el Ministerio, la Zona Educativa o Dirección de Educación, la dirección de los planteles, y pare usted de contar. Todo esto hace de una de las carreras más hermosas del mundo, un verdadero dolor de cabeza para los docentes.
Para nadie es un secreto las penurias que deben pasar los docentes para llegar a final de la quincena. Los precios suben como espuma, mientras los aumentos de salario no son proporcionales a la bestial inflación que vive el país. Ya los docentes no encontramos a quien echarle la culpa de esta situación cuyo responsable, en cierta forma, dependerá de la ideología política de cada quien, mejor hoy no nos meteremos con eso.
Lo cierto es que, lamentablemente no podemos desligar la educación de política, Prieto Figueroa tenía mucha razón. A muchos nos gustaría borra la política ideológica del mapa educativo… con sinceridad lo digo, pero no se ha podido. Ese factor, en vez de ser la solución, ha sido la raíz de los males educativos. Mientras tanto, los docentes no hemos terminado de despertar nuestra conciencia gremial. Debemos aprender a ser críticos y reflexivos para enseñar luego a las próximas generaciones a serlo.
Foto: Entorno inteligente
Entonces ¿qué podemos esperar de este nuevo año escolar? Como ya sabemos, las cosas en el ámbito social y político no tienen pinta de mejorar en el inmediato plazo, por lo tanto debemos continuar teniendo PACIENCIA, más no PASIVIDAD. Los docentes representan uno de los gremios más grandes del país, en consecuencia tienen voz y votos para influir sobre el rumbo que tomará esta sociedad. En las manos de los docentes está el inculcar valores a los jóvenes que desde el 18 de Septiembre de 2017 estarán en sus aulas.
Todos queremos que la situación de Venezuela mejore, lo deseamos, soñamos con eso. Pues es momento de poner de nuestra parte. Queremos paz, evidentemente, pero no cualquiera paz, sino esa que nos permita ejercer nuestra pasión por la educación con la tranquilidad de tener comida en nuestras neveras y medicinas en nuestras despensas. Queremos la paz de ver a nuestras familias con sus necesidades básicas cubiertas. La paz de que representaría una baja delincuencia. Debemos entonces, poner de nuestra parte.
Lo que podemos esperar de este nuevo año escolar dependerá de nuestra actitud hacia nuestro trabajo. Son muchas las cosas que se me escapan por cuestiones de tiempo y espacio. De todos modos, queridos colegas, a todos les deseo lo mejor y les pido que siempre busque la manera de disfrutar de los pequeños detalles en la profesión que forma a una sociedad entera.